Ripple y la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos han acordado poner fin a una de las batallas legales más seguidas del mundo cripto.
Ambas partes están retirando sus apelaciones, poniendo fin a casi cinco años de drama judicial sobre el estatus de XRP. El CEO de Ripple, Brad Garlinghouse, confirmó públicamente la decisión, diciendo que la empresa finalmente está lista para seguir adelante.
Esta decisión llega después de una serie de fallos, negociaciones e intentos de acuerdos que mantuvieron a la industria en vilo durante años. Aunque algunas cuestiones siguen sin resolverse, tanto Ripple como la SEC parecen haber decidido que continuar la lucha ya no valía la pena.
Cómo empezó todo
La SEC demandó por primera vez a Ripple en diciembre de 2020, acusando a la empresa de recaudar más de 1.300 millones de dólares vendiendo XRP como un valor no registrado. Ripple se defendió, argumentando que XRP debería tratarse como una moneda, no como un contrato de inversión. Lo que siguió fue un largo tira y afloja legal que vio victorias y derrotas parciales en ambos bandos.
En 2023, la jueza Analisa Torres dictaminó que XRP negociado en exchanges públicos no violaba las leyes de valores. Sin embargo, también determinó que las ventas institucionales de XRP por parte de Ripple sí lo hacían. Ese fallo estableció el escenario para una complicada ronda de apelaciones. Ripple impugnó la decisión sobre las ventas institucionales. La SEC, por su parte, quería desafiar el fallo de que XRP usado por traders minoristas no caía bajo las reglas de valores.
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Por qué se retiran ahora
A principios de este mes, Ripple y la SEC intentaron llegar a una resolución final. Ripple ofreció pagar una multa menor y cerrar el caso. Pero la jueza se opuso, diciendo que su fallo anterior seguía en pie y ninguna de las partes podía eludirlo. Eso dejó claro que el proceso de apelaciones se alargaría, sin garantía de un mejor resultado para ninguna de las partes.
Al final, tanto Ripple como la SEC parecen haber decidido que ya era suficiente. Al retirar las apelaciones, consolidan los hallazgos actuales del tribunal y evitan el riesgo de que un tribunal superior revierta cualquier parte del fallo. Eso significa que el resultado mixto del año pasado se mantendrá: XRP no es un valor cuando se vende en exchanges, pero sí lo es cuando se vende a inversores institucionales de la forma en que Ripple originalmente lo hizo.
Qué significa para el mercado cripto
El fin de esta batalla legal elimina una gran nube que ha estado cerniendo sobre XRP y, más ampliamente, sobre la regulación cripto en Estados Unidos. Para Ripple, despeja el camino para enfocarse en hacer crecer su negocio de pagos y desarrollar el XRP Ledger sin la constante distracción de plazos judiciales y honorarios legales.
Para la industria, puede marcar un punto de inflexión. Los reguladores y las empresas cripto han pasado los últimos años inmersos en demandas sobre cómo deberían clasificarse los activos digitales. Este caso era un ejemplo clave. Con él resuelto, puede haber más espacio para la cooperación o al menos un poco más de claridad sobre qué cuenta como valor.
Qué viene después
Ripple aún enfrenta una multa relacionada con sus ventas institucionales pasadas, pero las apelaciones han terminado. A partir de aquí, el foco se desplaza a cómo la empresa reconstruye el impulso y cómo responden los reguladores. Con el Congreso debatiendo nueva legislación y otras demandas aún pendientes, el caso XRP puede haber terminado, pero la conversación más amplia sobre la regulación cripto está lejos de resolverse.
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